Administrar servidores: conoce los fundamentos más elementales

A medida que avanza la digitalización en las empresas, industrias y comercios, la Administración de Servidores cumple un rol fundamental en la productividad, rentabilidad, y crecimiento. «Pero con la nube, administrar servidores es pan comido». Aunque el entorno de la nube aparenta simplificar la gestión de los servidores, lo cierto es que en el back-end suceden muchas cosas. ¿Quieres conocer las nociones básicas que implica administrar los servidores y así no morir en el intento? A continuación te mostraremos los elementos básicos que debes conocer.

Conoce las nociones básicas para administrar servidores y así evitar morir en el intento

«Me dijeron que administrar servidores es una tarea sencilla, pues solo bastaría con estar pendiente de su consumo, actualización de SO y cambiar piezas. ¿Es cierto esto?»

Si crees que gestionar servidores es simplemente monitorizar su consumo, mantener el sistema operativo actualizado y remplazar piezas dañadas, no estás siquiera a mitad de camino de entender lo que significa esto realmente. La administración de servidores implica lidiar con una serie de tareas que, dependiendo de las funciones que se van a desempeñar, puede llegar a requerir varios especialistas para administrarlos.

Entre las tareas que implica la gestión de servidores se incluyen: la creación de copias de seguridad de todos los archivos almacenados y garantizar que las mismas funcionen, garantizar que las Apps y servicios webs funcionen de manera óptima e implementar medidas de seguridad contra ciberataques. Obviamente, todo dependerá de las necesidades reales de la empresa

Además, también está el hecho de que un gran número de organizaciones han adoptado diferentes tipos de servidores, lo cual, obviamente, dinamiza aún más la gestión de los mismos. Los más comunes son cuatro categorías de servidores para gestionar las tareas: locales, virtuales, en la nube e híbridos. Indaguemos brevemente sobre cada uno de ellos.

Servidores locales

Se trata de los servidores que están dentro de la organización y por ende, serás el responsable de su funcionamiento tanto de manera física (hardware) como virtual (software y servicios). Un servidor local resultará muy útil si se requiere un control total y personalizado de la seguridad, si se realizan pruebas constantes de Apps y servicios webs, las cuales requieren de una latencia mínima, se necesite utilizar un hardware totalmente personalizado para ciertas tareas muy específicas o se requiera de la utilización de Servidores dedicados.

Servidores virtuales

A diferencia de los servidores físicos, los cuales generalmente ejecutan una única instancia de servidor, los servidores virtuales o máquinas virtuales permiten que varios servidores funcionen en una sola pieza de hardware. Se trata de una tendencia importante en los entornos para administrar servidores dada su conveniencia y escalabilidad. Sin embargo, su gestión puede resultar ser, inclusive, un poco más complejo que administrar un servidor físico dedicado.

Servidores en la nube

No todas las organizaciones les resulta conveniente o rentable tener sus servidores de manera local, en estos casos recurren a un servicio de servidor en la nube. Al ser gestionados por un proveedor externo, el personal de TI no será responsable directamente del mantenimiento físico del servidor ni del sistema operativo. No obstante, si deberán estar monitoreando el funcionamiento de las Apps y servicios webs, así como la evaluación y despliegue de nuevas soluciones tecnológicas. De manera similar, también deberán estar atentos al consumo de recursos a fin de indicar al proveedor si se requiere agregar nuevas piezas de hardware al servidor externo.

Servidores híbridos

Es posible que en la organización se requiera disponer de un servidor local para ciertas tareas específicas, mientras que para otras, se emplea una nube pública. ¿Cómo podrían ambas infraestructuras interoperar entre ellas siendo totalmente diferentes? En estos casos se recurre a los servidores híbridos, los cuales emplean soluciones que permiten no solo la comunicación entre ambas infraestructuras, sino que, además, se pueden gestionar en un único lugar. De esta manera se garantiza el intercambio de datos y aplicaciones entre ambos servidores.

Otros elementos claves que debes conocer al administrar servidores

Además de los tipos de servidores, hay otros fundamentos que debes conocer al gestionar los entornos de servidor.

Gestión de hardware

Como su nombre lo indica, se trata del monitoreo continuo de los principales componentes del servidor a fin de garantizar que se esté utilizando de manera óptima el hardware. Estos componentes claves incluyen:

  • CPU
  • Memoria RAM
  • Disco Duro
  • Temperatura del CPU
  • Entorno donde están ubicados los servidores

Mantenimiento del software

Básicamente, es mantener actualizado el sistema operativo y los aplicativos que se empleen. Esto también incluye el firmware y los controladores.

Gestión de seguridad

Implementar políticas de seguridad también es otro de los fundamentos claves en la administración de un servidor. Entre las soluciones más comunes en la gestión de seguridad de un servidor se incluyen:

  • Implementar y mantener actualizado las soluciones de seguridad
  • Limitar el acceso mediante el empleo de un Firewall
  • Desplegar controles de accesos a los usuarios y exigir cambiar la contraseña frecuentemente.

Copias de seguridad

Otra de las responsabilidades vitales en la gestión de servidores es la realización frecuente de copias de seguridad y probarlas a fin de garantizar su funcionamiento y calidad. Esto, obviamente, implica también el despliegue de pruebas de calidad.

La importancia de administrar servidores en una organización

Como vemos, administrar servidores es una función clave dentro de una organización, independientemente del tipo de servidor que se adopte, pues este o estos especialistas garantizarán el funcionamiento de las Apps y servicios webs que requiere la organización. De esta manera, además de optimizar la productividad, también se garantiza que los datos confidenciales se mantengan seguros y protegidos.