El mito de los limpiadores y optimizadores en Windows
Muchas personas (incluyendo personal de soporte y técnicos de departamentos de TI en organizaciones) confían ciegamente en los limpiadores y optimizadores de terceros en Windows. Es una fe tan ciega que les crea como una especie de «efecto placebo» al usarlo y afirman que el sistema «ahora es más rápido». Pero la realidad no es así y de hecho, el usar estas herramientas a la larga impactan negativamente en el sistema. La acción de estas herramientas suelen originar desde errores inexplicables hasta fallos graves en el sistema los cuales impiden su arranque.
Hay varios tipos de «limpiadores y optimizadores» ofrecidos por terceros para el sistema Microsoft Windows, los mas comunes son: limpiadores de temporales, optimizadores de registro, desfragmentadores… hasta «Todo en Uno» los hay ya. Anteriormente eran ofrecidos en paquetes independientes pero ya se pueden encontrar empaquetadas con otros instaladores de programas. Tal es el caso por ejemplo de AVG el cuál incluye una serie de este tipo de herramientas.
Inicialmente surte un auténtico «efecto placebo», esto lo digo como se diría «a ciencia cierta» porque antes yo también caía en esa fe ciega por estos productos. Este efecto placebo causa el autoengaño de que «el sistema ahora va mas rápido», pero es todo lo contrario. Todo depende de la herramienta a usar y su alcance, pero por lo general sus efectos reales suelen visualizarse a mediano plazo, a unos 2 -3 meses de usarse. Obviamente también dependerá de cada cuanto se use.
Los limpiadores y optimizadores en Windows suelen provocar desde lentitudes al iniciar y apagar el sistema, alto consumo de recursos de manera inexplicable, un pobre desempeño al ejecutar aplicaciones, y cuelgues frecuentes en apps. Todos estos síntomas provocan que el sistema se vuelva inestable y en varias ocasiones, provoquen daños en el disco de almacenamiento.
En cuanto a los «optimizadores de registro», Microsoft advierte lo siguiente:
«El registro de Windows es una base de datos de todas las configuraciones del hardware, software y preferencias del usuario en la computadora que usa. También controla en como Windows interactúa con el hardware y el software. Windows de manera continua hace referencias al registro en segundo plano y es por ello que este componente no está diseñado para ser accedido y editado.
Algunos productos como las utilidades de limpieza de registro sugieren que el registro del sistema necesita de limpieza y mantenimiento regularmente. Sin embargo, muchos problemas serios pueden ocurrir cuando se modifica el registro usando este tipo de utilidades. Muchos de estos problemas causados por estas herramientas podría requerir inclusive, que el usuario vuelva a reinstalar nuevamente el sistema.»
De hecho, una prueba de que estos limpiadores y optimizadores en Windows prácticamente no tienen idea de lo que hacen realmente es que siempre van a encontrar «problemas» o «elementos residuales» en el sistema. A veces suelen aparecer decenas de «problemas» pero al usar el sistema por algunas horas, estos «problemas» se incrementan absurdamente hasta alcanzar los cientos o miles.
Uno de los problemas conocidos por estas herramientas es que usan la API Win32 en lugar de la NT. Esto provoca que apenas al ejecutar la app, se eliminen los ceros binarios incrustados en las llaves de registro de «los elementos residuales» ya que Win32 no reconoce los binarios «0» incrustados. Esto suele originar desastres en el sistema pues estos 0 binarios son usados como descriptores de seguridad por Windows.
Vale recordar que durante una transmisión en el canal 9 de MSDN, uno de los principales ingenieros de software de Microsoft, Gov Maharaj, señaló lo siguiente cuando estaba ayudando a una persona quien tuvo problemas al actualizar su ordenador de Windows 7 a Windows 10 y se encontró la popular aplicación CCleaner instalada en el ordenador:
“CCleaner is … how do I put it mildly … Don’t… let’s just move on!” («CCleaner es … cómo lo digo con suavidad … ¡No … sigamos adelante!»)