Relato navideño para reflexionar y ¡feliz navidad a tod@s!

24 de diciembre, tradicionalmente un día para celebrar y compartir con aquellos seres queridos y en muchas culturas antiguas se celebraba igualmente dicha fecha por unas u otras razones ya sean por temas astronómicos y/o creencias… en fin, es una fecha peculiar que no ha pasado por alto y aprovecho la oportunidad para compartir este relato que si bien inicialmente esta basado en un cuento cristiano/católico he ido modificando varios aspectos para hacerlo bastante reflexivo sobre la importancia de compartir con otros seres.

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El relato es el siguiente:

Un 24 de diciembre, se aparece un Ángel en una familia que era muy reconocida por ser fieles seguidores del cristianismo y les dice: «hoy, tres horas antes del 25 de diciembre vendrá a visitarlos el hijo de Dios, Jesucristo», la familia no salia de su emoción y euforia pues para cualquier seguidor fiel del cristianismo este anuncio resulta ser toda una alegría.

Ese día la familia decoró toda su casa con lujos y detalles, saco la vajilla mas lujosa y exquisita que tenían, limpiaron la casa que de broma no quedo totalmente cristalizada, cocinaron manjares y alimentos que muy pocas veces esa familia ha comido, dejaron su perro con el vecino para que este no incomodara al hijo de dios durante su visita y se pusieron la ropa mas agradable y valiosa que tenían… las horas pasaban y el ánimo de esta familia se hacía mas evidente.

A eso de las 9 de la noche tocan a la puerta de la familia, estos gritaron: ¡¡¡LLEGO!!! y abrieron la puerta con una inmensa alegría, pero en lugar de Jesucristo quien tocaba a la puerta era un mendigo pidiéndoles algo de comer pues el olor de toda esa comida que habían cocinado obviamente salia por la ventana, el ánimo de la familia se disipó rápidamente y con cierto enojo le dijeron al mendigo que se fuera de su casa antes de que llamaran a la policía.

Pero el enojo se les pasó a la media hora y los ánimos volvieron a «encenderse» aunque esta vez reinaba en ellos una cierta desesperación. A eso de las 10 de la noche sienten nuevamente que la puerta suena, aunque en esta ocasión no era un típico «toc, toc» pero igualmente la familia nuevamente se exaltó y abrió la puerta con mucha alegría, de pronto se dieron cuenta de que no había persona alguna, eran dos gatos que al ver a las personas comenzaron a frotarse en las piernas de algunos miembros de la familia y uno de ellos hasta maullaba y ronroneaba como si estuviese alegre. A pesar de que se veían hambrientos, la intención de los gatos era mas bien de juego… la familia se alteró y espantaron a los dos gatos con desespero y cierta decepción.

Ya la alegría de la familia comenzaba progresivamente a desaparecer y empezó a reinar el desespero y la ira.. ¡DIOS SI HEMOS SIDO TAN FIELES Y DEVOTOS TUYO, POR QUE NOS ENGAÑAS DE ESTA MANERA!, gritaban de desespero algunos miembros de la familia.

A eso de las 11 de la noche volvieron a tocar la puerta, la familia abrió la puerta ya no con la alegría que tenían unas horas atrás sino mas bien con decepción y enojo, en la puerta había una niña que tenía en sus manos un matero pequeño y en el, germinaba una pequeña mata de caraota, la niña les dijo que si podían cuidarle la mata y regarla ya que ella tenía que salir de viajes urgente con su familia. A pesar de que la familia nunca había vista la niña, estos, ya obstinados y decepcionados, reprendieron a la niña y se negaron a tal petición.

La familia totalmente decepcionada y enojada se acostó temprano ya que habían pasado las 12 de la noche del 25 de diciembre y Jesucristo no vino. Al día siguiente el Ángel se volvió a aparecer y la familia con una actitud bastante belicosa reclamaron al ángel el por qué los habían engañado, de que ellos tenían todo preparado y Jesucristo nunca vino.

El Ángel les respondió: «Por supuesto que vino pero ustedes lo rechazaron, vino a las 9 de la noche con mucha hambre y uds le negaron la comida en abundancia que tenían, vino luego a las 10 de la noche con ánimos de jugar y compartir a pesar del hambre que tenía y uds lo volvieron a correr, tan piadoso que es Jesucristo que volvió nuevamente a las 11 de la noche para que le dieran agua y lo tuviesen un tiempo en su casa y uds lo rechazaron nuevamente… Ustedes no saben realmente lo que es compartir con aquellos seres que lo necesitan de verdad»

Con este relato me gustaría enviarles un mensaje a través de este medio para que compartamos estas y si podemos todas las fechas posibles con aquellos seres, sean humanos o no, y que realmente necesitan de alguien con quien: compartir, amar, jugar, crecer, etc… ¡Feliz Navidad!